Para Mary Paz la relación con los mayores está basada en un intercambio de cariño: el que ella da de manera desinteresada pero también el que recibe. Desde hace varios años colabora como voluntaria en Augusta, donde se ha convertido en una pieza esencial dentro del equipo y, sobre todo, para los usuarios, que encuentran en ella una fuente inagotable de afecto, energía y apoyo.