A lo largo de este mes hemos iniciado de nuevo nuestra actividad poco a poco y siguiendo todas las directrices sanitarias y las que nos dicta el sentido común.
Ha supuesto un cambio enorme en nuestra forma de actuar y un autentico suplicio emocional sustituir los besos y los abrazos por los saludos con el codo.
Una mascarilla cubre tu cara y la de ellos, y solamente los ojos indican tu expresión facial. Usas tu cuerpo en movimiento para expresar emociones. Mantienes distancia de seguridad y el hidroalcohol es una prolongación de tu mano.
Todo parece complicado y cuesta arriba y sorprendentemente ellos lo hacen mucho más sencillo. Su capacidad de adaptación es extraordinaria.
Con mascarillas, pantallas, batas, gafas, hidroalcohol, lejía y protocolos de seguridad ellos siguen siendo los mismos y nosotros también.
¡A por ello!