La vida te ofrece a veces regalos tan valiosos que los guardas como un inestimable tesoro porque no quieres perderlos, ni tan siquiera rozarlos para evitar que se rompan.
La llegada de Lola a nuestro centro supuso un antes y un después en nuestras vidas porque además de su compañía y de su sabiduría llevaba a su lado una familia tan valiosa como ella.
Nos abrieron las puertas de sus vidas y a pesar de que el Alzhéimer iba avanzando lenta, insidiosa e irremediablemente en su largo viaje, los mejores momentos, los más alegres y divertidos los hemos vivido con Lola y su entorno familiar.
Ella se ha ido físicamente pero pemanece presente con nosotros todos los días a través de sus hijas unidas en unos lazos invisibles e indestructibles.
Querida Lola: sabemos que estás allí arriba en forma de polvo de estrellas velando por todos nosotros. Gracias por habernos dado lo mejor de ti.
Hasta siempre.