Lucia tiene 59 años. Hace dos años realizaba una vida normal. Trabajaba en una gran empresa desde hacía muchos años. Casada con su novio de toda la vida y con dos hijos, su vida transcurría tranquila sin grandes sobresaltos.
Su carácter empezó a cambiar de forma progresiva, apareció el miedo, la angustia y la depresión. Comienzan las visitas a especialistas para llegar a un diagnóstico que explicara sus extraño comportamiento. Aparecen los trastornos de conducta, el insomnio, la agresividad, la pérdida de actividades de la vida diaria: cocinar, vestirse, asearse… en unos meses desconecta del mundo y se sumerge en el suyo propio. Diagnóstico: Demencia frontotemporal con variante conductual.
Aumenta su rigidez, su cuerpo se curva en una flexión del tronco. Puede pasarse horas tocándose las punteras de los zapatos o rompiendo papeles en trocitos microscópicos. Si te acercas a ella ha de ser muy despacito y diciéndole suavemente lo que vas a hacer. Si cometes el error de hacerlo bruscamente o elevando el tono de voz te araña, te muerde y te pellizca dándote patadas al mismo tiempo.
Muy de vez en cuando se acerca a ti buscando consuelo en un abrazo. Si en ese momento le preguntas que es lo que quieres te contesta claramente: “Quiero mi vida”. Y en ese preciso instante se te parte el alma.
“No hay nada más bello
que lo que nunca he tenido,
nada más amado
que lo que perdí.
Perdóname si
hoy busco en la arena
una luna llena
Que arañaba el mar».
La demencia frontotemporal es un término general para un grupo de trastornos cerebrales poco comunes que afectan principalmente a los lóbulos frontal y temporal del cerebro. Estas áreas del cerebro están generalmente asociadas con la personalidad, la conducta y el lenguaje. En la demencia frontotemporal, partes de estos lóbulos se encogen (atrofia). Los signos y síntomas varían, dependiendo de qué parte del cerebro esté afectada. Algunas personas con demencia frontotemporal experimentan cambios dramáticos en su personalidad y se vuelven socialmente inapropiadas, impulsivas o emocionalmente indiferentes, mientras que otras pierden la capacidad de usar el lenguaje adecuadamente. La demencia frontotemporal a menudo se diagnostica erróneamente como un problema psiquiátrico o como la enfermedad de Alzheimer. Pero la demencia frontotemporal tiende a ocurrir a una edad más temprana que la enfermedad de Alzheimer. La demencia frontotemporal suele comenzar entre los 40 y 65 años de edad.